Robo por duplicado: comedia descabellada de asalto perfecto.
Entre los guionistas de lo que recién se ha denominado “Nueva comedia americana” -con su principal exponente en Judd Apatow- y que han logrado preponderancia y éxito comercial, están Jon Lucas y Scott Moore. A ellos pertenecen, entre otros, los libretos de la taquillera “¿Qué pasó ayer?” y su continuación o segunda parte, y “Los fantasmas de mis ex novias”.
“Robo por duplicado” (Flypaper, 2011) (en España pasa con el título de Atraco por duplicado), dirigida por Rob Minkoff -codirector de “El rey León” (1994) y realizador de “Stuart Little”, 1 y 2 (1999, 2002)-, es la penúltima producción de un guión escrito por Lucas y Moore.
Comedia emparentada con el humor de los hermanos Coen, con personajes descabellados, extravagantes, absurdos, neuróticos, ilógicos, uno de ellos Tim Blake Nelson, actor de los Coen en “¿Dónde estás hermano?” (2000), “Robo por duplicado” entraría a los argumentos de robos perfectos, infestados por docenas de carambolas que dan en el blanco y salen avante.
La primera de ellas que al unísono dos equipos griten “¡Esto es un asalto!”, dentro del mismo banco, y se desencadene un tiroteo, un muerto y una suma de eventualidades e impedimentos que alargarán el robo, enmarañarán los planes y desembocarán en acusaciones mutuas y desconfianzas de todos contra todos, y un gran cerebro criminal detrás de ese aparente imprevisible conflicto.
Cine coral de rarezas –con multi reparto atinadísimo-, de grupo de coprotagonistas multiforme, donde entre la caterva de maniáticos irrumpe el de Tripp Kennedy (Patrick Dempsey), desquiciado mental en contar todo (cual Rain Man), en sumar, en analizar y sacar conclusiones y deducciones, que son visualmente colegidos en instancias de los “Sospechosos comunes” (1995).
Pero los que ganarían en torpeza y disparates son, desde los nombres, “Crema de cacahuate” McCloud (Nelson) y su compinche “Mermelada” Jenkins (Pruitt Taylor Vince), inoperantes para explotar un cajero automático, apoltronados en igualar cuentas con el otro trío de antagonistas secuaces expertos que sí tenían un plan para extraer millones de las cajas del banco.
Con hilarantes líneas de diálogo, juegos verbales, tramas interconectadas, barullos, trampas, pistas codificadas sobre el cabecilla genio, se arrambla en pliegues detectivescos tipo Agatha Christie donde los muertos se amontonan y los sospechosos proliferan, cada cual en su pizca de culpabilidad, con pausas de oscuridad para acrecentarlas, de comedia a la Blake Edwards.
Ridiculización de las listas de “los más buscados del FBI”, y de los robos organizados al detalle con tecnología de última fase; infatuación de “hackers” especialistas; rotación revulsiva de las cintas con rehenes sufridos; convivencia extra limitante; ausencia intachable de la policía o agentes de seguridad (con tantos disparos y explosiones, y ni sus luces), hasta la salida triunfal.
Astuto argumento, expeditivo, congestionado, bien empaquetado, con raciones de comedia, misterio, thriller –con sus lícitos huecos e inconsistencias-.
http://www.cineforever.com/2012/06/29/robo-por-duplicado-comedia-descabellada-de-asalto-perfecto/
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